Como practicantes de Reiki se nos recuerda
constantemente de abandonar el ego.
En el nivel Shoden se nos dice “Cuanto
más lejos del ego, más puro serà el canal de Reiki”, y creo que esto sea
bastante claro, lo que no quiere decir que sea fácil !.
Cuando apoyamos nuestras manos por primera
vez nos enseñan que “no somos nosotros”, sino que es Reiki, la energía que
sostiene todas las formas de vida, la energía del amor incondicional, esa maravillosa energía Universal, la que
realiza la tarea de armonización y hasta en muchos casos de sanación. Esto es
dejar de lado el ego.
Pero que pasa con el Ego en lo cotidiano?
No nos tenemos que olvidar que nuestra vida
es nuestro Dojo y por lo tanto podemos
ejercitarnos en ella, de esa forma se favorece no solo nuestra práctica sino
también nuestro crecimiento interior.
A propósito de esto, hace unos días encontré
publicado este texto, del cual desconozco el autor, pero me pareció excelente, porque
tiene mucho para reflexionar.
Cuanto que tenemos para entrenarnos, no?!
Las trampas del Ego
- Si crees que sea más “espiritual” ir al trabajo en bicicleta o con los medios públicos, pero después te encuentras juzgando a aquellos que se mueven en auto, has caído en la trampa del ego.
- Si piensas que sea más “espiritual” dejar de mirar la TV porque anula el cerebro, pero después te encuentras juzgando a aquellos que todavía la miran, has caído en la trampa del ego.
- Si piensas que sea más “espiritual” evitar leer periódicos o revistas de chismes, pero después te encuentras juzgando a aquellos que todavía las leen, has caído en la trampa del ego.
- Si piensas que sea más “espiritual” escuchar música clásica o sonidos de la naturaleza, pero después te encuentras juzgando a aquellos que escuchan música comercial, has caído en la trampa del ego.
- Si piensas que sea más “espiritual” ser vegetariano, comprar alimentos orgánicos, practicar yoga y meditar, pero después te encuentras juzgando a aquellos que no hacen todas estas cosas, has caído en la trampa del ego.
Hay que estar muy atentos a los
sentimientos de “superioridad”.
Estos son la prueba más importante
que tenemos para darnos cuenta que estamos cayendo en la trampa del ego.
El ego se esconde con habilidad
entre las ideas y pensamientos más nobles como pueden ser el de hacer una dieta
vegetariana o el de usar la bicicleta para después transformarse en sentimiento
de superioridad de frente a aquellos que no siguen el mismo camino “espiritual”.